viernes, 5 de septiembre de 2014

Eran dos hermanos...


llamados Jacob y Wilhelm Grimm que se hicieron célebres por sus cuentos infantiles como Blancanieves, La Cenicienta, Hänsel y Gretel, Rapunzel, La Bella durmiente o Juan sin miedo. Estos cuentos son parte de la tradición oral alemana y están destinados tanto a los adultos como a los niños; y son los hermanos Grimm quienes consagraron parte de sus vidas a recopilar estas narraciones. En esta labor tuvieron la valiosa colaboración de mujeres cercanas a la familia que les contaban estos cuentos y que ellos más tarde redactaban. Estos relatos fueron publicados en dos volúmenes a principios del siglo XIX, y fueron censurados y reelaborados en las sucesivas ediciones para suavizar el contenido, que reflejaba la extrema dureza de la vida en la Edad Media, y convertirlo en una obra destinada al público infantil. Las versiones “suavizadas” de sus historias terminaron desplazando a los cuentos originales, que continuaban vivos en la tradición oral. Así al leer los clásicos cuentos infantiles , tan familiares para nosotros, en las versiones recogidas en este libro, nos encontramos que difieren bastante de aquellas que nos arrullaron o que leímos cuando empezamos a hilar las primeras letras  y que luego más tarde nos llegaron a través del cine en versiones ya no refinadas, sino más bien: almibaradas.

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